Gloria de Dios
2 Cantan los cielos la gloria de Dios,
pregona el firmamento las obras
de sus manos.
3 Un día se lo cuenta al otro,
una noche lo narra a la siguiente.
4 No se oyen palabras, ni discursos:
5 con todo su voz resuena
hasta el final del orbe.
Allí puso su tienda el sol
6 que sale cúal esposo de su tálamo,
qué cúal campeón
empieza alegre su carrera.
7 Sale de un extremo del cielo
y corre hasta llegar al otro
nada escapa a su calor.
8 La ley del Señor es perfecta:
sólido precepto, educador del ignorante.
9 Los mandatos del Señor son rectos,
deleitan los corazones:
el mandamiento del Señor es una luz
que ilumina nuestros ojos.
10 El temor del señor es eterno
y sin mancha:
los juicios del Señor, todos justos y rectos.
11 Son más preciosos que el oro,
que mucho oro fino:
son más dulces que la miel en penca.
12 Es verdad que tu siervo lo sabe
y quiere cumplirlos.
13 pero, ¿quién no peca por descuido?
perdona lo ignorado.
14 Libra a tu siervo del orgullo:
que de ninguna manera me domine:
así estaré puro
y libre de gravísimo delito.
15 Mis palabras y los pensamientos
del corazón
sean agradables a ti Señor, roca
redentor mío.
2 Cantan los cielos la gloria de Dios,
pregona el firmamento las obras
de sus manos.
3 Un día se lo cuenta al otro,
una noche lo narra a la siguiente.
4 No se oyen palabras, ni discursos:
5 con todo su voz resuena
hasta el final del orbe.
Allí puso su tienda el sol
6 que sale cúal esposo de su tálamo,
qué cúal campeón
empieza alegre su carrera.
7 Sale de un extremo del cielo
y corre hasta llegar al otro
nada escapa a su calor.
8 La ley del Señor es perfecta:
sólido precepto, educador del ignorante.
9 Los mandatos del Señor son rectos,
deleitan los corazones:
el mandamiento del Señor es una luz
que ilumina nuestros ojos.
10 El temor del señor es eterno
y sin mancha:
los juicios del Señor, todos justos y rectos.
11 Son más preciosos que el oro,
que mucho oro fino:
son más dulces que la miel en penca.
12 Es verdad que tu siervo lo sabe
y quiere cumplirlos.
13 pero, ¿quién no peca por descuido?
perdona lo ignorado.
14 Libra a tu siervo del orgullo:
que de ninguna manera me domine:
así estaré puro
y libre de gravísimo delito.
15 Mis palabras y los pensamientos
del corazón
sean agradables a ti Señor, roca
redentor mío.
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