Dios defiende al bueno
2 Señor de todo corazón te doy gracias:
hablaré de todas tus obras admirables,
3 Saltaré de alegría, de júbilo:
cantaré oh Dios Altísimo,
la gloria de tu nombre.
4 Mis enemigos se replegaron,
cedieron terreno
y al enfrentarse contigo se acabaron
5 Tú me juzgaste y sentenciaste,
sentado al tribunal, oh justo juez.
6 domaste a las naciones,
acabaste con los malos:
borraste su nombre para siempre.
7 Los enemigos se acabaron,
reducidos a ruinas sempiternas:
has destruido sus ciudades,
hasta su memoria pereció.
8 Y el Señor
sigue en su trono para siempre,
levanto su tribunal para juzgar,
9 Juzgará al mundo con justicia,
y con la imparcialidad fallará
sobre los pueblos.
10 Será el Señor protector del perseguido,
oportuno refugio en el apuro.
11 Esperan en ti los que
tu nombre reconocen,
12 Cantad al Señor que mora en Sion,
pregonar entre los pueblos sus proezas:
13 que el vengador
de la sangre no descuida:
que el clamor de los pobres nunca olvida.
14 Misericordia de mí. Señor:
mira como mis enemigos me estrechan,
tu que de las puertas de la
muerte me llamaste.
15 para publicar en Sion
todas tus proezas
y saltar de contento por tu ayuda.
16 Cayeron las naciones en el hoyo
que cavaron
les cogió el pie la oculta
trampa que pusieron.
17 El Señor apareció, hizo justicia,
y el pecador se enredó
en la obra de sus manos.
18 bajen los malos a la mansión
de los muertos:
todas las naciones que a Dios olvidaron.
19 No caerá el infeliz
en olvido sempiterno
jamás se frustrará la esperanza
de los tristes.
20 Levántate Señor, no triunfe el hombre:
sean juzgados
en tu presencia los pueblos.
21 Infúndeles, Señor, el pánico:
recuerden los gentiles
que so hombres como todos.
9-10 originalmente los salmos 9-10 formaban
uno solo, juntos juntos siguen una forma alfabética
y además la traducción griega del A T,, llamada septiaginta
y la latina o vulgata los unifica.
2 Señor de todo corazón te doy gracias:
hablaré de todas tus obras admirables,
3 Saltaré de alegría, de júbilo:
cantaré oh Dios Altísimo,
la gloria de tu nombre.
4 Mis enemigos se replegaron,
cedieron terreno
y al enfrentarse contigo se acabaron
5 Tú me juzgaste y sentenciaste,
sentado al tribunal, oh justo juez.
6 domaste a las naciones,
acabaste con los malos:
borraste su nombre para siempre.
7 Los enemigos se acabaron,
reducidos a ruinas sempiternas:
has destruido sus ciudades,
hasta su memoria pereció.
8 Y el Señor
sigue en su trono para siempre,
levanto su tribunal para juzgar,
9 Juzgará al mundo con justicia,
y con la imparcialidad fallará
sobre los pueblos.
10 Será el Señor protector del perseguido,
oportuno refugio en el apuro.
11 Esperan en ti los que
tu nombre reconocen,
12 Cantad al Señor que mora en Sion,
pregonar entre los pueblos sus proezas:
13 que el vengador
de la sangre no descuida:
que el clamor de los pobres nunca olvida.
14 Misericordia de mí. Señor:
mira como mis enemigos me estrechan,
tu que de las puertas de la
muerte me llamaste.
15 para publicar en Sion
todas tus proezas
y saltar de contento por tu ayuda.
16 Cayeron las naciones en el hoyo
que cavaron
les cogió el pie la oculta
trampa que pusieron.
17 El Señor apareció, hizo justicia,
y el pecador se enredó
en la obra de sus manos.
18 bajen los malos a la mansión
de los muertos:
todas las naciones que a Dios olvidaron.
19 No caerá el infeliz
en olvido sempiterno
jamás se frustrará la esperanza
de los tristes.
20 Levántate Señor, no triunfe el hombre:
sean juzgados
en tu presencia los pueblos.
21 Infúndeles, Señor, el pánico:
recuerden los gentiles
que so hombres como todos.
9-10 originalmente los salmos 9-10 formaban
uno solo, juntos juntos siguen una forma alfabética
y además la traducción griega del A T,, llamada septiaginta
y la latina o vulgata los unifica.
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